miércoles, 27 de enero de 2010

Publicación /Viernes 22 de Enero-Guayaquil Diario Metroquil


Van al rescate de juegos populares
LA RAYUELA, pepo y trulo, brinca la cuerda, la cometa, el trompo y otros más, son juegos populares y propios de la cultura nacional.
Sin embargo, hoy en día esas actividades compiten con los juegos de internet o electrónicos, como el play station y el nintendo.
Y aunque no parezca real “los juegos cibernéticos le están restando espacio y tiempo a las actividades habituales que los niños realizaban 10 años atrás”, refiere la sicóloga Norma Ludueña.
Antes, según el testimonio de algunos ciudadanos -mayores de 30 años- encuestados por Metroquil, se acostumbraba, después de clases, salir a la calle y jugar a la rayuela.
“Era tan divertido jugar a la quemada o la escondida. Esos son juegos sanos”, señala España Lozano, de 36 años.
Al igual que ella, Antony Granda, de 41 años, comenta que “antes los niños tenían una mentalidad muy inocente porque sus juegos eran sencillos, siempre se incluía el deporte”.
Sin embargo, actualmente los pequeños, de entre 8 y 12 años, dicen preferir los juegos electrónicos o de internet porque son más divertidos.
“Como una consecuencia del sedentarismo infantil hay más niños con problemas de obesidad, porque no se mueven y los padres no hacen nada”, agrega Ludueña.
Como iniciativa para rescatar la práctica de los juegos populares, la Dirección de Cultura del Guayas ayer el lanzamiento del proyecto que lleva ese mismo nombre se realizó en la cooperativa Francisco Jácome.
Este pretende fomentar en los niños actividades propias de nuestra identidad.

Publicación / Domingo 24 de Enero-Guayaquil Diario "EXTRA





Los juegos populares, un patrimonio difícil de olvidar

Ariel, después de varios minutos de esfuerzos al fin ganó.
El bullicio de los niños transcendía las paredes de la escuela fiscal 272 Néstor Cervantes Polanco, en la cooperativa Francisco Jácome, en el norte de la ciudad.
“Sube Juanito sube”, “sube Ariel, sube, sí puedes”, gritaban los compañeros, mientras los mencionados estudiantes procuraban sujetarse de la caña mantecosa clavada en el patio del citado plantel.

El griterío era porque cuatro de los compañeritos pugnaban por llegar a lo alto del palo. Antes lo intentaron otros y también resbalaron.
No les importaba la presión de sus cuerpos al agarrarse de la caña, empujándose para que uno suba. Estaban sudados, el esfuerzo físico se notaba en el rostro. Respiraban hondo. Solo querían alcanzar los productos expuestos en el palo ensebado.
Mientras los chicos se disputaban las golosinas y más víveres colgados en lo alto, abajo, sus compañeros y profesores se divertían con sus ocurrencias.

Hasta el bebé que nuestra compañera fotógrafa lleva en su vientre saltó por la gran alegría que le provocó el juego. Ella recordó los momentos similares que vivió cuando cursaba la escuela en su natal Quevedo.
Al final fueron Álex Ariel y Bryan, de doce años, quienes empujados por dos compañeros más que los soportaron en sus hombros, “coronaron” y se llevaron los aplausos de sus amigos y profesores.
Entre las más divertidas estaba también la licenciada Patricia Mora, profesora de Ariel, quien destacó que “ese niño es primero en todo, es uno de los mejores alumnos”, expresó.

Minutos antes, la gran mayoría había jugado y disputado los caramelos y juguetitos que caían al romper las recordadas ollas encantadas.

A unos pasos, otro grupo de niñas estaba más entretenido en saltar la cuerda, otras en bailar con el ula ula. También hubo niños que le vieron más gusto a enrollar la piola en sus trompos y hacerlos bailar en el piso, en el aire y hasta en sus manos.
De esta manera, recordando varios de los entretenidos juegos que en épocas pasadas practicaban los abuelos y nuestros padres, decenas de estudiantes cerraron el ciclo escolar en este plantel.

UN PATRIMONIO
La programación, que también contó con otros números artísticos y musicales de grupos juveniles, forma parte del impulso que el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Provincial de Cultura del Guayas y su área de Patrimonio están dando a estas formas de recreación que son parte de nuestra cultura.
Con la ejecución de los “juegos populares” se quiere incentivar en los niñas, niños y jóvenes la práctica de este rico legado cultural que data de épocas pasadas y aún sigue vivo en la mente de parte del conglomerado.
Los juegos de las ollas encantadas, la carreras de ensacados, junto con las rimas y cantos, la poética y estribillos, como “El puente se ha quebrado, con qué lo componemos...” y más, son valores y bienes que componen este patrimonio cultural y son difíciles de olvidar, porque pasan de generación en generación. (IC)
ENTRETENIMIENTO QUE GUSTA
Richard Rojas, del centro popular comunitario de la zona, indicó que en estos eventos participaron alumnos de planteles de la Prosperina, Juan Montalvo, Florida, Pancho Jácome.

Precisó que busca incentivarlos, porque “muchas veces por la cibernáutica y la tecnología se han ido perdiendo. Nuestros hijos ya no juegan al trompo, no saltan la cuerda. Son juegos muy valiosos para nuestros niños”, resaltó.

La antropóloga Milena Almeida, directora provincial de Cultura, refirió que primero hicieron un trabajo de investigación y luego réplicas de los juegos populares en sectores populosos y en varios cantones, con la finalidad de rescatar el contenido de muchos de estos que vienen desde la colonia; y por ser practicados en cada época forman parte de nuestro patrimonio intangible.
La funcionaria indicó que quieren

mantenerlos como parte activa de los niños a través de la Dirección, pero aún se conversa con el Ministerio de Cultura.
“Queremos que sea parte de la actividad de los niños. Es importante inculcarles que ellos pueden encontrar formas de esparcimiento, recrear el espacio público, en grupo”.

La clausura de este programa será la próxima semana en uno de los cantones de la Costa.
Héctor Santana, activista de cultura, señaló que el proyecto era para mantenerlo durante el año pasado, pero por la buena respuesta piensan en mantenerlo en el nuevo ciclo escolar, algo aún por definir.

Han visto que las rondas infantiles, las carreras de ensacados y otros juegos colectivos gustan mucho y por eso ven la necesidad de fortalecer los juegos populares, sin querer ponerlos en contraposición de la tecnología. (IC)